ARSENAL
Francisco Garfias/ Excelsior
04 de Agosto de 2017
Estigmatizar a una mujer es una cobardía. Es lo que hicieron
con Xóchitl Tress. A la supuesta “pareja sentimental” de Javier Duarte la
exhibieron como una vulgar ambiciosa, la mostraron con poca ropa, revelaron su
vida íntima, le reprocharon poco pudor, la lincharon. Hoy sabemos incluso que
andaba con Luis Hernández, el menor de la banda Los Tigres del Norte.
El trato que le han dado es el de una “puta”, como
crudamente describió Ciro Gómez Leyva en su noticiero de Imagen Televisión.
Está acusada de enriquecimiento inexplicable por ocho
millones de pesos. Es lo que cuesta el departamento y la camioneta de lujo que
le obsequió el exgobernador de Veracruz. Por recibir esos regalos le dictaron
prisión preventiva por dos años. Un exceso.
No hay duda de que detrás del linchamiento de la guapa mujer
—la verdad es que Javidú no tiene malos gustos— hay más que enriquecimiento
ilícito. Ocho millones puede sonar mucho dinero a mucha gente, pero es una
bicoca frente a lo que se robaron Duarte, su esposa, Karime Macías, quien vive tranquilamente en Europa, y su
banda.
Las sanciones contrastan. A Arturo Bermúdez, exsecretario de
Seguridad Pública, sólo le dieron un año de prisión preventiva. El diputado
Tarek Abdalá, extesorero, está protegido por el fuero; Gina Domínguez, vocera
de Duarte, un año también.
Gabriel Deantes, exsecretario del Trabajo, está acusado por
enriquecimiento ilícito por 50 millones de pesos. Enfrenta su proceso en
libertad. “De los hombres de Duarte, es el que más robó”, nos dicen.
Ese trato diferenciado alborota a los sospechosistas.
Aseguran que hay algo más contra Xóchitl que el tema de enriquecimiento
ilícito. Parece una vendetta.
La mujer fue bautizada como la viuda alegre. Su marido,
Gregorio Barradas Miravete, alcalde electo del municipio de Juan Rodríguez, fue
asesinado por un comando. En esos tiempos Xóchitl acusó del homicidio a un
diputado del PRI, de nombre Rafael Rodríguez, con quien después la mostraron
besándose.
Su complicada vida ha servido para alimentar el periodismo
amarillista. El papel de amante de Javidú garantizaba lectores, audiencia y
rating. La detención alcanzaba el rango de escándalo. Alborotaba el morbo.
Tress Rodríguez fue nombrada por Duarte secretaria Técnica
del Consejo de Espacios Educativos. Duró nueve meses. Karime Macías exigió que
la corrieran, luego de descubrir un mensaje en el celular de su marido, donde
Xóchitl recordaba que ya llevaban seis meses de relación, según fuentes
cercanas al caso.
Adolfo Mota, secretario de Educación, ejecutó la orden de
Karime.
La pena en Veracruz por los delitos que se le imputan es de
cinco a diez años de cárcel. La bronca es que las autoridades tienen que
probarlo. “No hay nada”, asegura Tomás Mundo, especialista en el Nuevo Sistema
de Justicia Penal, y muy probablemente el nuevo abogado de Xóchitl.
La familia lo buscó. Están en negociaciones. La diferencia
es de “algunos ceros”, nos dijo.
El abogado Mundo ya prepara una estrategia. Así de seguro
está de que defenderá a la novia de Duarte. Lo primero que hará es pedir la
anulación de las medidas cautelares. El enriquecimiento inexplicable no es
delito grave. El embargo de bienes pudo haber sustituido la prisión preventiva.
Calcula que podría sacar de la cárcel a Xóchitl en tres meses.
¿Qué destacarías de la transcripción de la larga llamada
entre Peña y Trump que dio a conocer The Washington Post? Preguntamos ayer a
Jorge Castañeda. “La obsesión de Trump con las drogas y el déficit”, respondió
el analista y excanciller mexicano.
Fuimos a la versión que publicó el diario estadunidense
sobre la conversación que ambos sostuvieron el 27 de enero pasado. Trump apenas
tenía siete días en el cargo. La leímos. Corroboramos que El Güero no exageraba
cuando hablaba de la “obsesión” del presidente gringo.
Mister Trump quiere imponer aranceles. Es un irreductible
para él. No se necesita un sesudo análisis para deducir que eso va a complicar
enormemente las negociaciones que se avecinan sobre el TLC. El hombre argumenta
que Estados Unidos tiene un déficit comercial de 60 mil millones de dólares, y
que eso no puede mantenerse así.
“Podrían ser (los aranceles) de 15 o 20 por ciento, o de 35
por ciento para algunos productos que, por ejemplo, son empleos arrancados de
su base y que fueron trasladados a México”, le dice a Peña.
Los medios destacaron la exigencia a Peña de que no hablará
en público que México no pagaría el muro. “Necesito hacer que México pague por
el muro. He hablado sobre eso durante dos años. Lo que quiero sugerir es que si
vamos a tener un diálogo continuo, vamos a resolver lo del muro.
“En lugar de que ustedes digan ‘no vamos a pagar’ o yo diga
‘no vamos a pagar’. Porque si usted va a decir que México no va a pagar por el
muro, entonces yo ya no quiero reunirme más con ustedes. No puedo vivir con
eso.
“Créanlo o no, es lo menos importante de lo que estamos
hablando, pero políticamente podría ser lo más importante. En términos de
dólares, es lo menos importante. Sé cómo construir muy barato”.
Esa apuesta, Trump ya la perdió. México no ha dicho que
pagará por el muro y el Congreso ya tuvo que aprobar una partida de mil 600
millones de dólares para hacerlo. Habrá que ver si cumple su amenaza de no
reunirse más “con ustedes”.
También quedó claro que no amenazó con invadir México para
combatir a los poderosos narcos, sino que ofreció ayuda para eliminarlos. Lo
que sí dijo es que “tal vez” el Ejército mexicano tenía miedo de enfrentarlos.
De Peña rescatamos el párrafo donde dice que el mejor muro
que podemos construir entre las dos naciones es asegurarnos que ambos países
tengan desarrollo económico.
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