Un puro explosivo, cápsulas envenenadas o un ‘caracol bomba’: la enemistad acérrima de Fidel Castro con Estados Unidos le valió al líder cubano el dudoso honor de ser objeto de numerosos intentos de asesinato, según distintas versiones. Ninguno acabó con su vida. Era el último dirigente histórico del comunismo, el último de los grandes protagonistas de la Guerra Fría, el último de los grandes líderes mundiales fallecidos al nivel de Nelson Mandela, Yaser Arafat, el papa Juan Pablo II. Con mano de hierro, gobernó 47 años la isla y siguió siendo el máximo guía del régimen después de que enfermó y entregó el mando a su hermano Raúl, cinco años menor, el 31 de julio de 2006. Once presidentes de Estados Unidos llegaron y se fueron sin ver caer a Castro: Dwight Eisenhower, John F. Kennedy, Lyndon Johnson, Richard Nixon, Gerald Ford, Jimmy Carter, Ronald Reagan, George Bush, Bill Clinton, George W. Bush, y Barack Obama. Y es que el líder latinoamericano fue durante décadas una