Línea Caliente/Por Édgar Hernández. “La gran crisis de inseguridad que vivíamos los veracruzanos en 1986, la resolvió don Fernando en menos de seis meses”. Fue una ceremonia austera que contó con la presencia oficial de un empleado de media cuchara representando a Miguel Angel Yunes en donde se evocó la memoria de un veracruzano de excepción, a 17 años de su muerte, Fernando Gutiérrez Barrios. Fue clara la intención gubernamental de achicar la figura de un hombre cabal que aplicó su talento, vocación y esfuerzo a las mejores causas de Veracruz y de México. Un minúsculo acto luctuoso que solo mostró el resentimiento y desprecio de quien se niega a reconocer al “Hombre Leyenda”, experto en seguridad y crisol de la no corrupción. En un espacio no mayor de diez metros se montó un micro entarimado para la familia y empleados de tercera del municipio y el gobierno del estado y 20 sillas para invitados y familia que por cientos llegaron y se colocaron en las calles laterales.