Por Mario García
Hugo Castro Rosado ha sido víctima de sus propias mentiras.
Su obsesión por ser alcalde y/o la ambición de alcanzar el
ejercicio pleno del “pinche poder” (frase celebre del ex gobernador Fidel
Herrera Beltrán) lo ha llevado no solo a confrontarse con su familia sino
también a establecer falsos compromisos
con personas que de algún modo pueden
atraer simpatías hacia su persona con miras a lograr ser candidato del PAN a la
alcaldía de La Antigua.
La embriaguez de su
ambición –porque la etílica a la que estaba acostumbrado la ha suspendido- le
ha nublado la razón y comienza a hacer alianzas hasta con el enemigo político,
en este caso con conocidos militantes del PRI, fortaleciendo así la amenaza que
en corto comenta a sus más allegados de que si el PAN no se la da, la buscará
por otro partido.
Durante las fiestas patrias Castro Rosado dio muestras de
hasta dónde puede llegar su lealtad al
PAN, tal vez por el nerviosismo de no sentir la aceptación plena de los
panistas locales y del pueblo en general.
Su presencia en la celebración del 15 de septiembre en la
comunidad de El Salmoral, al lado del agente municipal Ariel Domínguez, generó recelos entre el panismo.
El ver a un panista dando el Grito de Independencia en el
mismo estrado en el que el hijo de Aureliano Domínguez y de Juana Mogollón, ex
alcalde priista y actual presidenta del PRI en La Antigua, respectivamente; no
causó gracia entre los azules despertando la sospecha de la veracidad en las
versiones que indican la existencia de supuestas reuniones secretas con
militantes del tricolor encabezados por
Aureliano Domínguez.
Si Carlos Valenzuela, secretario general del PAN en el
estado, cumpliera lo dicho a los panistas de La Antigua semanas atrás en
el sentido de que no se tolerarán
traidores y serán expulsados del partido, seguro saldría a relucir mucha ropa
sucia de Hugo Castro Rosado y su grupo
político compuesto por el actual regidor Joaquín Basilio y el sindico Mario
Palmeros Alarcón.
El actual diputado
electo Daniel Olmos vivió y sufrió las perversidades de esta caterva de políticos
que en su afán de perpetuarse como el grupo dominante en La Antigua operaron en su contra durante la campaña para
que perdiera la elección, lo cual no lograron.
Ahora están enfocados a obtener la candidatura a la alcaldía
y para ello recurren a la mentira y hasta la difamación de quienes ven como amenaza a sus ambiciones políticas.
Dentro de la celebración de las fiestas patrias Hugo Castro
se acercó a José Salgado, secretario general del Sindicato de Trabajadores
del ingenio El Modelo, para comprometerse a donar un paquete de regalos que serían
repartidos entre los participantes de las competencias programadas en la
festividad.
El mero día Castro Rosado llegó con las manos vacías, pero
eso sí dispuesto a tomarse la foto para subirla a sus redes sociales haciéndose
caravana con sombrero ajeno.
Su cinismo llegó al grado de subir una fotografía sobre la
cancha de básquet-bol del Sindicato atribuyéndose las reparaciones recién
hechas.
Tal desfachatez causó el
enojo de los obreros que de inmediato lo exhibieron como un mentiroso
aclarando que fue el Sindicato el que habilitó la cancha.
La estocada final se
la dio el dirigente sindical al responderle que no se valía atribuirse logros
ajenos, además de hacer hincapié de que cuentan con facturas de los materiales
comprados para la habilitación de la
cancha y en su momento los mostraría.
Ya acorralado Castro Rosado no tuvo otra opción más que borrar su publicación.
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