Entraron al domicilio, encapuchados con pasamontañas, máscaras, y equipo táctico. Golpearon y acuchillaron con los machetes a los jóvenes que se encontraban festejando el cumpleaños de uno de ellos, en una casa que era de una pieza”, contó Julián Ramírez, estudiante de la UV. Entre las lesiones que tienen los jóvenes, sobre salen: machetazos en la cara, heridas de arma punzo cortantes en el cuerpo, fisuras en el cráneo, mandíbulas dislocadas, fracturas en las manos, los brazos, y uno de ellos, tiene un serio problema craneoencefálico.
Dos jóvenes perdieron todos los dientes a causa de los golpes, y aún se desconoce si hay daños internos, pues están en proceso los estudios:
"Son tales las lesiones, que algunos de ellos, no pueden dar la aprobación para dar sus nombres y otros se encuentran aterrados o en shock, por lo que son atendidos médicamente, para después ser canalizados con sus familiares”.
Después de golpear a los jóvenes, el grupo se retiró el lugar llevándose computadoras portátiles y teléfonos celulares de los compañeros.
Durante todo el altercado, insultos y amenazas de muerte, fueron las palabras de los atacantes. Minutos después de la agresión, en el lugar se presentaron elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), en la patrulla número 202623 y otras cuatro, cuyos números no fueron identificados. “Después de media hora en escena, sin recoger por menores de los hechos, enfocándose en los generales de las víctimas, las cinco patrullas se seguridad pública que montaron el operativo, recibieron la visita de hombres vestidos de civil en un Pontiac blanco, tras la cual, se retiraron del lugar”, señaló Ramírez. Julián Ramírez dijo que esta acción “es parte de una implacable persecución política y social contra jóvenes, estudiantes, activistas, disidentes políticos, que evidencia la criminalización de la protesta social”.
Por su parte, Edith Escalón, estudiante de la UV, comentó que ya se están organizado con los padres de familia para ver de qué manera procederán penalmente en contra de los agresores. Hay padres que aseguraron no reconocer a sus hijos e hijas por el gran desfiguro que presentan en sus caras a consecuencia de los golpes.
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