El
Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha
emitido este miércoles una controvertida sentencia que permite excluir a los
homosexuales de la donación de sangre. Este organismo avala que un Estado
miembro pueda establecer una excepción permanente con hombres que hayan
mantenido relaciones sexuales con otros hombres por el “alto riesgo” que
presentan de contraer enfermedades infecciosas. El tribunal, no obstante, deja
en manos de la justicia francesa -la que elevó la cuestión a instancias
europea- decidir si las leyes de ese país son proporcionales al riesgo y si la
evidencia científica disponible basta para justificar tal medida.
El caso se originó el 29 de abril de 2009, cuando
un médico de la ciudad francesa de Metz rechazó la donación de sangre de
Geoffrey Léger porque este había mantenido relaciones sexuales con otro hombre.
El médico se basó en una orden ministerial francesa que permite excluir
permanentemente a los homosexuales de la donación. Léger recurrió la decisión
al considerar que esa norma infringe la legislación europea y el tribunal
administrativo de Estrasburgo, encargado de pronunciarse sobre el litigio,
elevó la cuestión al Tribunal de Justicia de la UE para que se pronunciase. La
sentencia europea, por tanto, tiene amplia repercusión porque vincula a
cualquier otro tribunal europeo que se enfrente a un caso similar, no solo al
que preguntó.
Consciente del alcance de una decisión así, el
tribunal con sede en Luxemburgo insta al francés –y a cualquier otro que
examine una demanda de este tipo- a que garantice que la medida es
proporcionada. “Una contraindicación permanente para la donación de sangre
aplicable a la totalidad del grupo constituido por los hombres que han tenido
relaciones sexuales con otros hombres solo resulta proporcionada si no existen
métodos menos coercitivos para garantizar un alto nivel de protección de la
salud de los receptores”, especifica la sentencia.
En la práctica, será cada tribunal nacional el que
decida si la sanidad pública de su país tiene alternativas para garantizar la
seguridad de las donaciones de sangre. El Gobierno francés alega que existe un
periodo inmediatamente posterior a la infección viral en el que, aunque se
hagan pruebas de VIH,
no es posible detectar el virus en el enfermo. Aun así, los datos que
supuestamente justifican esa mayor situación de riesgo entre el colectivo
homosexual resultan dudosos. Entre 2003 y 2008, casi todas las contaminaciones
de sida se produjeron por contacto sexual y el 48% de las nuevas, por hombres
que mantuvieron relaciones homosexuales (nada se dice del 52% restante). El
colectivo gay constituía la población más afectada por el VIH, en un porcentaje
200 veces superior al de los heterosexuales franceses. Y Francia es el país de
Europa y Asia central que presenta mayor prevalencia entre los homosexuales,
según la información del tribunal.
Con todas estas consideraciones, la justicia
europea advierte de que la ley francesa “puede entrañar una discriminación por
razón de orientación sexual” e insta al órgano judicial francés a comprobar si
existen criterios de interés general que justifiquen esa actuación y si son
proporcionales. Pero si un país acredita científicamente esa situación de
riesgo y si el tribunal la considera proporcional, la instancia europea es
clara: el criterio de exclusión permanente “cubre el supuesto en el que un
Estado miembro, habida cuenta de la situación predominante en él, establezca
una contraindicación permanente para la donación de sangre en el caso de los
hombres que han tenido relaciones sexuales con otros hombres”.
Aunque ahora cuenta con el beneplácito europeo,
Francia no mantendrá por mucho tiempo esta legislación, vigente desde 1983
aunque fue retocada en 2009 para sustituir la palabra homosexual por la
perífrasis "hombres que tengan o hayan tenido relaciones sexuales con
otros hombres", para evitar la acusación de discriminación. El Gobierno
socialista ya ha manifestado su rechazo a ese remiendo, aprobado bajo mandato
de Nicolas Sarkozy. La titular de Sanidad, Marisol Touraine, cree que "la
discriminación de los donantes en función de su orientación sexual es
inaceptable y que solo la seguridad de los receptores podría justificar las
limitaciones en las donaciones", según un comunicado hecho público tras la
sentencia de Luxemburgo.
La ministra francesa asegura que su departamento
trabaja en la modificación del cuestionario que deben rellenar los donantes
para suprimir toda referencia a la orientación sexual y sustituirla por una
pregunta sobre conductas de riesgo. Y la exclusión en ese caso no será
definitiva, sino que se limitará a 12 meses. Touraine, que ha tomado en
consideración las recomendaciones de la Agencia Nacional de Seguridad del
Medicamento, organismo francés, asegura que se reunirá con organizaciones
afectadas a finales de mayo para perfilar esa nueva orden ministerial. (El País)
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